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José Julián Pascual

Desde las escaleras de la casa de la Villa, la vista de la plaza de San Severino adquiere la perspectiva de una postal de otra época. Piedra, miradores, fachadas perennes y al fondo de nuestro divisar, la característica silueta de nuestro personaje de hoy, José Julián Pascual.

 Los años no han hecho apenas mella en su delgado cuerpo ni en su ligero caminar, que con paso firme, le aproxima hasta las escalinatas que dan acceso al ayuntamiento. Como cada mes, acude a la cita que el propio consistorio, junto a la asociación Bakeola, llevan a cabo, para trabajar en pro de la reconstrucción de la memoria histórica en nuestra Villa. No en vano, podemos asegurar que José Julián es uno de los grandes damnificados por la dictadura de Franco. Una de esas personas que pagó con cárcel, torturas y amenazas la osadía de enfrentarse a aquel régimen.

Entre Cantones. Un revolucionario, sindicalista, militante… ¿Cómo recuerdas tus inicios en ese mundo?

José Julián Pascual. Yo comencé a interesarme por este mundo en el año 66. Hubo una huelga en Etxebarri muy importante y lo recuerdo por eso.  

Balmaseda era un mundo aparte. No había inquietud social ni  laboral. Sí que había inquietudes políticas. Había gente con inquietudes Nacionalistas,  que hacían pintadas, ponían Ikurriñas,… Pero era un tema que a mí personalmente, no me llamaba mucho la atención. Pero aquella huelga, aquello fue algo totalmente diferente; algo mas social.

Entre Cantones. ¿Pero algo más habría que una huelga?

José Julián Pascual. Bueno aquí ya os he dicho que no había gran cosa. Lo único que existía era la organización obrera de acción católica. ¡Imaginaos como era!

Pero gracias a esa organización nos enteramos de muchas cosas que estaban pasando alrededor. Fuimos conociendo el mundo laboral desde otra perspectiva y desde luego fue el detonante de mi militancia.

Cuando aquello no había sindicatos. Estaba el sindicato vertical y las organizaciones sindicales que había eran ilegales. Entonces, como os decía, al llegar aquella huelga y ver cuanta gente se movilizó (la gente venía en tren desde Galicia, Extremadura…) me di cuenta del poder que había en la gente y mi vida giró hacia esa búsqueda social y de movilización.

Entre Cantones. La verdad es que tu militancia ha sido de lo más heterogénea: Zutik, CCOO, ETA, concejal de Euskal Herritarrok… ¿Vaya mezcla no?

José Julián Pascual. En aquel tiempo, la organización que más luchaba contra el sistema era ETA. Así que, para mí se convirtió en el objetivo e intenté formar parte de esa organización. Cuando aquello ETA estaba dividida en cuatro ramas: la obrera, la social, la política y la militar.

Yo formé parte de la primera, la obrera, que era la que más me interesaba. El problema es que cada vez que caía una sección, los que quedábamos, nos teníamos que hacer cargo de ella y repartir el trabajo. Así que por el año 68 me quedé al cargo del aparato de propaganda de ETA. El aparato de propaganda lo montamos aquí en Balmaseda. Nuestra labor era, principalmente, hacer folletos a dos colores para todo Euskadi. Hacíamos el “Zutik” para distribuir entre la gente y el “Gudari” que era una publicación interna para militantes.

Entre Cantones. De eso ya hemos hablado en alguna otra entrevista. Del increíble hecho de que el aparato propagandístico de ETA estuviera en Balmaseda y de la famosa multicopista…

José Julián Pascual. Aquella maquina multicopista estuvo en muchos sitios, en La Herrera,  también en La Quadra. Solía trabajar con ella por la noche con una linterna para que no me pillaran. Funcionó aproximadamente durante dos años, hasta el año setenta. Llegó a estar también en Santo Domingo en mi casa actual, pero cuando nos fuimos a vivir allí, tuvimos que buscar un lugar más seguro. Primero la llevamos donde Llaguno, el cura. Luego otros dos curas Jesús Sánchez y Palomino que fueron colaboradores nuestros, nos proporcionaron la opción de ir a las casas parroquiales. No  donde estaba el cine sino detrás, en un chalet que había y que pertenecía a la parroquia. Allí  finalmente instalamos todo.

ETA nos mandaba el material: las hojas, las grapas, la tinta, la multicopista… Se hizo una especie de empalizada y quedó tapada y guardada detrás de una pared. Así que les costó mucho encontrarla.

Entre Cantones. La verdad es que la máquina multicopista fue la causa de tantas detenciones y de tus posteriores años de cárcel ¿Eras consciente de lo que te jugabas?

José Julián Pascual.  Sí evidentemente. Tú sabes que algo puede llegar a pasar, pero en aquel momento era una persona muy comprometida y asumí los riesgos.

Entre Cantones. Y llegó el día en el que finalmente os pillaron…

José Julián Pascual.  A nosotros nos pillaron, porque pillaron a los que se encargaban de la distribución. De aquí todo el material iba a Las Arenas y de allí se distribuía por todo Euskadi. Al caer el aparato de distribución, poco después nos encontraron a nosotros.

Entre Cantones. ¿Cómo recuerdas la detención?

José Julián Pascual.   La detención la recuerdo perfectamente. Isabel había marchado porque justo acababa de nacer Gorka Fuente y había ido a ver a la madre. Ya teníamos sospechas, porque había muchos grises en el pueblo y nos habían avisado de que nos podrían detener. Entonces yo anduve dando vueltas, avisando a todo el que podía. Al cura y todos los que estábamos: Javi Galicia, Alberto Matabuena, José Emilio Pereda…

Quedé con el cura para irnos por la vía andando hasta Sodupe, pero él no vino. Estaba todo tan sitiado que no pudo salir de casa y entonces volví a la plaza para seguir avisando a la gente, pero sobre todo a Isabel a la que no le había dicho nada. Allí me detuvieron.

Entre Cantones. Se te caería el mundo encima…

José Julián Pascual.  No tuve ni tiempo. Me llevaron a Indautxu y nos metieron de hostias día y noche. Todo seguido, sin parar. Cuando ya no podías más,  te dejaban descansar diez minutos y volvían otra vez. No me entraba ni el pantalón, estaba lleno de moratones.

Entre Cantones. Una experiencia muy dura.

José Julián Pascual.  Durísima.  La tortura es una de las lacras de este país. Recuerdo que te sentaban en una mesa con medio cuerpo fuera y te pegaban con la porra en las plantas de los pies hasta que te caías. Fue horrible,  tres días  y tres noches sin parar. Más de media hora no estabas sin que te pegaran. Te pegaban de rodillas atado y no te dejaban caer.Te  hacían andar de cuclillas mientras te pegaban y no te podías caer, pero al final acabas perdiendo el conocimiento y cayendo al suelo. Te amenazaban con que a tu mujer  le iban a hacer algo peor que a ti. La verdad es que ahora, con la distancia, se puede hasta banalizar, pero fueron unos momentos muy muy difíciles.

Entre Cantones. A cara descubierta…

José Julián Pascual. Sí, sí, había tal impunidad que no tenían reparos en torturarte a cara descubierta. Para que os hagáis a la idea, por ejemplo, cuando se murió mi padre los que me trajeron al funeral eran los propios policías que me habían torturado. ¡Imagínate!

La tortura no se olvida nunca. Te quedan para siempre las cicatrices.

Entre Cantones. ¿Quiénes más estaban presos?

José Julián Pascual.  Presos de Balma estábamos Cañive y yo los demás se habían ido. También se fugaron Miguel Angel Orrantia, Jaime Salazar y Guti pero esos estaban en otra historia. La policía preguntaba mucho por la bomba del autobús de plomos, pero nosotros no teníamos nada que ver con eso. Nosotros solo nos dedicamos al tema de la publicidad y  la propaganda.

Lo que es increíble es que no cogieran al cura. Así que al día siguiente Isabel y el cura se fueron al otro lado de la muga. Luego Isabel volvió.

Entre Cantones. ¿Y el juicio?

José Julián Pascual.  Al tercer día me llevaron a la cárcel sin pasar por el juez y allí pasé cuatro años. El juicio se celebró en la misma cárcel tiempo después. Allí pasaba el juez. Tuve a Etxebarrieta de abogado. El abogado pidió la libertad provisional, pero no nos la dieron. El tribunal de Burgos se quitó de encima a los casos menores, porque estaba centrado en el famoso proceso de Burgos y nos trasladó al Tribunal de Orden Público.

Llevaba dos años dentro hasta que salió el juicio, nos acusaban de asociación ilícita y propaganda ilegal. Así estuvimos hasta que llegó la ley de amnistía y consideraron que no era delito y nos soltaron.

Entre Cantones. ¿Cómo era la vida en la cárcel?  

José Julián Pascual.  En las cárceles la convivencia era buena. Cuando aquello había presos de todo de UGT, Comisiones Obreras pero lo que más de ETA. Los anarquistas son los que más tiempo llevaban en la cárcel, pero como os digo había gente de todo tipo: Partido Comunista, Nacionalistas, Anarquistas,… Estaba hasta Tomás Tueros que ahora está con Rosa Díez.

Esto que voy a decir ahora suena muy mal, pero de algún modo la estancia en la cárcel también tuvo una vertiente buena para mí, desde el punto de vista político. Yo políticamente era un ignorante y allí aprendí mucho. Hicimos muchas charlas, muchos debates. Leíamos y conocimos a gente muy importante  políticos, sindicalistas,… A la cárcel nos llegaba la información de fuera con mucho ingenio.

Entre Cantones. ¿Pero el día a día?

José Julián Pascual. Dentro de la celda podíamos estar uno o tres presos. Dos no se podía porque era motivo de homosexualidad.  Los presos políticos estábamos a parte de los comunes, pero luego coincidíamos en los patios. Estuve en Basauri, Madrid y Soria.

Entre Cantones. ¿Te planteaste el arrepentimiento?

José Julián Pascual. No, porque eso me hubiera hecho más daño psicológicamente. Además yo lo que había hecho lo había hecho muy convencido.

Entre Cantones. Y llegó el día de volver a Balmaseda…

José Julián Pascual. A la salida me hicieron  hacer flexiones, por si llevaba algo en el culo, para que cayera. La sensación de salir es un poco amarga, porque dejas allí a todos los compañeros. Era el año 1973 y seguido mataron a Carrero Blanco así que me llevaron a comisaría para interrogarme pero me soltaron enseguida.

Por la detención me despidieron de Plomos, (PEALSA). Una detención como la mía era motivo de despido instantáneo así que intenté que me volvieran a readmitir  pero no lo hicieron. Interpuse una demanda por despido improcedente y en el año 80 la gané y pude volver a trabajar en Plomos.

En Balmaseda, mucha gente estaba convencida de que yo había puesto la bomba en el autobús, pero yo no tuve que ver nada con aquello y aunque costó un poco, al final la gente entendió que era lo que realmente había pasado. Era cuestión de tiempo. Tú mismo también necesitas un tiempo para reciclarte y hacerte a la libertad.

Entre Cantones. ¿Y tú militancia?

José Julián Pascual. Yo seguí siendo el mismo, pero entonces estaba más formado. En breve me incorporé a las comisiones clandestinas y como unos ocho meses después empecé a currar en Zorrozaurre en una empresa de equipos motores. Se hizo un decreto para eliminar los contratos indefinidos y montamos una huelga potente de 90 días porque echaron a uno. Perdimos la huelga por blandos, pero generalmente solíamos ganar.  Volví a ETA pero no tan integrado como antes.

La mayor parte de mi militancia la utilizaba  en comisiones de empresa. Montábamos huelgas pero aquello era medio permitido. De tanta huelga que hacía perdía el trabajo constantemente. Siempre estábamos metidos en ciscos. Nos presentábamos en todas las patronales y de allí no salía ni Dios hasta que se arreglaban las cosas. Yo siempre he dado la cara por la gente.

Recuerdo que una vez me salió un trabajo en Lemóniz, en la central nuclear. Yo pensé que era como meter al raposo a cuidar las gallinas. La gente no quería hacer la central. Había trabajadores que lo que hacía por la mañana, lo deshacía por la tarde.

Una vez echaron a uno. Coincidió que caía mal a todo el mundo, a todos los compañeros. Pero nosotros éramos defensores de los obreros. Así que sin importarnos nada, allí estuvimos apretando a la empresa día y noche, para que le volvieran a coger. Hacíamos unos calderos de sopa por la tarde y nos decíamos: ¡Joder Tanta lucha por este cabrón! Al final encerramos a la patronal en una habitación y les dijimos o le volvéis a contratar o no salís vivos de  aquí. Eramos unas personas muy comprometidas y había un compañerismo obrero que hoy en día ha desaparecido.

La gente tenía tanto ímpetu de lucha, que recuerdo alguna vez en la que íbamos a comunicar a los compañeros que la huelga había acabado y que habíamos conseguido nuestras demandas y nadie nos creía. Nadie quería abandonar la huelga, pensaban que les queríamos engañar para que se retiraran.

Casi nos matan al grito de ¡nos estáis engañando! Ellos querían seguir la lucha y la huelga.

Entre Cantones. ¿Y cómo ves la situación sindical a día de hoy?

José Julián Pascual. Ahora se tiene miedo a perder lo poco que se tiene. Antes sabías que podías encontrar trabajo en otro lado. Hoy la gente está desamparada y se ha perdido la capacidad de movilización y los sindicatos han reculado. Antes luchábamos para conseguir y ahora para defender lo poco que les queda.

Hemos perdidos muchos valores. Ahora las preocupaciones son comprar y consumir, antes se tenían otros valores. Yo confío en que la gente se vaya dado cuenta, de lo que está pasando con el rescate de los bancos; de las ganancias de las grandes empresas, que siempre ganan más aunque haya crisis, de que los trabajos son cada vez más precarios,…de que los asalariados han perdido un gran terreno, de los paraísos fiscales, corrupciones,…

Entre Cantones. ¿También fuiste concejal en el Ayuntamiento de Balmaseda?

José Julián Pascual. Sí, yo soy miembro de un partido político que se llama “Zutik”. Coincidiendo con el pacto de Lizarra hubo un acercamiento entre diferentes organizaciones políticas. Además hubo una tregua de ETA, entonces me anime a participar y me dieron la oportunidad de encabezar las listas de Euskal Herritarrok. Formé parte del equipo de Gobierno capitaneado por Joseba Zorrilla y fui concejal de fiestas durante dos años. Cuando se acabó la tregua, yo dije que en esas condiciones no seguía y dimití. Al final Lizarra Garazi se desvaneció, pero fue una experiencia positiva. Creo que además para todas las partes que formamos aquel equipo de gobierno.

Entre Cantones. ¿La no existencia de la lucha armada era la condición para que siguieras en el cargo?

José Julián Pascual. Digamos que una gran parte. Yo a veces también he justificado las acciones armadas, pero cuando había personas de por medio y además elegidas en democracia,…Yo con eso no comulgaba.

Entre Cantones. Hoy en día existe una tregua por parte de ETA ¿Cómo lo valoras?

José Julián Pascual. La situación es irreversible, me extrañaría que existiera una vuelta atrás en el tema de la lucha armada. En la misma  izquierda abertzale, ha habido un cambio y ahora se trabaja  de otra manera.

Entre Cantones. ¿Y a que dedica su tiempo José Julián hoy en día?

José Julián Pascual. Estoy en una organización sobre la memoria histórica. Tenemos interpuesta una querella contra la Ley de Punto Final del franquismo, junto a otros expresos. Con todos los abusos de la época, contra la tortura, los despidos, etc.

Entre Cantones. Los tiempos han cambiado demasiado en estos 50 años de lucha…

José Julián Pascual. Ahora hay muchas  posibilidades. Más medios de comunicación, más formación. Pero  curiosamente cada vez se está menos organizado autonomamente para defenderse, aún así se debe de ser positivo. Hay cosas cómo lo del 15M, lo de los desahucios,…que hacen renacer la esperanza de poder volver a organizarse.

Aunque en el otro lado, también hay que destacar que los malos han progresado y tienen muchos más medios para atacar.

Entre Cantones. Estos cambios se han visto en mayor medida en las generaciones que te siguieron, ¿Como vives la realidad que tu viviste y la que vive por ejemplo tu hijo?

José Julián Pascual. Yo a mi hijo le he dejado que él haga su camino. No he interferido porque eso tiene que ser un proceso natural y personal. Ha habido muchos padres que han intentado que sus hijos sean como ellos y al final condicionan la vida del otro. Cada uno tiene que elegir su vía. Evidentemente tú eres un ejemplo. A mi me ve leer y debatir, pero su camino lo debe de elegir él.

Jose Julián Pascual, un hombre combativo, siempre dispuesto a dar la cara por los demás. Un hombre que pagó un alto precio por decir lo que pensaba en voz alta y que es, a día de hoy, un ejemplo en la lucha por destapar las injusticias que se cometieron en una época tan oscura cómo fue el Franquismo. Un hombre que nos ha abierto su puerta con humildad y del que sin duda podemos aprender todos.

Le volveremos a ver Entre Cantones.

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