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El secuestro de Bollaín

Esta es una historia que hemos oído contar a nuestros mayores y que nos lleva desde Balmaseda hasta la localidad francesa de Clermont-Ferrand. Una historia en la que entran en juego bandoleros, encubridores, policías y hasta el mismo gobernador civil de Vizcaya. Unos sucesos que la prensa estatal recogía a toda plana. Lo ocurrido bien podría dar para una novela negra o para una de esas teleseries que ocupan la parrilla televisiva en la tarde noche. El periódico La Vanguardia Española lo recogía el martes 31 de enero de 1956 y el 1 de febrero del mismo año. Una información completa en la que se aportan además nombres de las personas implicadas en el secuestro de Emilio María Bollaín. Todavía hoy se puede visitar la casa donde vivía la familia Bollaín así como el lugar donde los captores tuvieron recluido al secuestrado. Historias que no se deben perder.

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LA VANGUARDIA ESPAÑOLA

MARTES 31 DE ENERO DE 1956

 

CAPITULO DE SUCESOS

 

Detención de cómplices y encubridores de un secuestro

 

Un joven bilbaíno sirvió de rehén para que su padre pagara un millón y medio de pesetas

 

Los bandidos pasaron a Francia

Bilbao,30.- Ha quedado aclarado el ruidoso secuestro de Valmaseda, ocurrido el día de San Pedro del pasado año, que hasta ahora ha quedado silenciado por no dificultar las gestiones que la policía española llevaba a cabo y para no entorpecer los trámites de extradición, por cuanto los autores del secuestro se habían refugiado en Francia.

El 29 de junio de 1955 fue raptado en Valmaseda el joven Emilio María Bollaín, estudiante de medicina en la universidad de Valladolid, hijo del procurador y acaudalado bilbaíno, don Emilio. Cuando el padre del citado joven y su familia paseaban en su coche por aquellos lugares, le salieron al paso dos enmascarados que le hicieron descender del automóvil y manifestaron que se trataba de un secuestro. Exigían millón y medio de pesetas y, naturalmente, se llevarían de rehén al padre o al hijo, prefiriendo al primero. Sin embargo el hijo se ofreció a sustituir al padre. Los secuestradores desaparecieron  con el joven Emilio María. Poco antes dejaron claramente estipuladas las condiciones y circunstancias en que debería efectuarse el rescate. Exigieron que un millón de pesetas fuera llevado por un ciclista a las once de la noche del día siguiente. El vehículo tendría que ir provisto de dos luces para ser distinguido de los demás. Los bandidos saldrían a su encuentro cuando lo estimaran oportuno. También habían amenazado a la familia Bollaín con que, si daban parte a la policía, el joven Emilio María sería muerto a tiros. Llegado el día en cuestión salió el ciclista Juan Matienzo a la hora convenida, llevando consigo mil billetes de mil pesetas cada uno, numerados del 8786001 al 8787000. Puesto en contacto con los secuestradores, éstos sin soltar al joven Bollaín, exigieron el medio millón restante, pero en billetes de distintas series y numeraciones. Al día siguiente les fue entregada por el mismo ciclista la cantidad convenida de billetes, igualmente numerados del 8791501 al 8792000. Cumplimentado este requisito dejaron en libertad al joven.

El ciclista y Emilio María dieron cuenta del suceso, iniciando las gestiones para la detención de los bandoleros. Al enterarse el señor gobernador civil de Vizcaya del suceso, se presentó en casa del señor Bollaín.

El joven Emilio María declaró, después de ser puesto en libertad, que los bandidos establecieron su albergue en unas grandes cañerías de la conducción de agua del pantano de Ordunte, en su propia compañía donde el joven llegó con los ojos vendados. Dijo también que nunca fue maniatado, que durante los tres días permanecieron los bandidos enmascarados en su presencia y que en ningún instante fue maltratado. Hasta aquí el suceso.

A continuación, tanto las autoridades provinciales como la guardia civil y la policía gubernativa iniciaron los trabajos propios para la detención de los criminales, cuyos nombres se han venido ignorando. Estos pasaron a Francia donde fueron detenidos en Clermont Ferrand, y resultaron ser José Marcos Campos Campillo, Pedro Campos Campillo, hermano del anterior, y Santiago Reig Roig. Juzgados por las autoridades francesa y no hallándose pruebas suficientes y creyendo se trataba de un simple delito político, fueron puestos en libertad días más tarde, si bien pensaban dar otro golpe en Francia y marchar a la Argentina.

Se ha comprobado, por las pesquisas realizadas por nuestra policía, que estos tres sujetos son miembros de la banda que asesinó a un súbdito cubano en Piedrasluengas, estando en inteligencia con ellos otro hermano de los criminales llamado Avelino campos Campillo, que les esperaba en la frontera francesa después del golpe de Valmaseda.

Se ha sabido igualmente, que hay varias personas complicadas en el secuestro tales como Leonardo García Urquijo que vive en Gijano (Burgos), que tuvo hospedado en su casa a Santiago Rey y a José Marcos desde quince días antes de perpetrarse el secuestro; Marcelo Royuelo Huergo, verdadero enlace de los criminales en Bilbao; Fernando García Palermo, vecino de Bilbao que también los hospedó en su domicilio; Miguel Jaén González, que igualmente los tuvo en su casa hasta pasar la frontera, Emiliano Cuesta Ortega, que desde Bilbao había entregado en varias ocasiones dinero a estos sujetos; Antonio Villanueva Díez, sobrino del anterior. En total hay quince detenidos más o menos complicados en este suceso de Valmaseda. Entre ellos está el médico de Sestao don Martín Luno Macua, de 42 años, que curó en su casa a José Marcos Campillo y a Santiago Rey, al último de los cuales extrajo una bala que se alojó en su hombro, según parece cuando asesinaron al súbdito cubano. Este médico está acusado de encubridor.

La policía de Vizcaya en sus trabajos de investigación, halló en el domicilio de Marcelino Royuelo, en el barrio de La Leña (Vizcaya), 95.000 pesetas del secuestro. Otras 25.000 las hallaron metidas en un bote y enterradas en una huerta propiedad de Leonardo García.

Según comunica la policía, van apareciendo en España y en Francia, billetes procedentes del citado secuestro. Las gestiones policiales siguen a ritmo acelerado.-Cifra.

 

LA VANGUARDIA ESPAÑOLA

1 DE FEBRERO DE 1956

 

Detalles y por menores del secuestro de Valmaseda

Cómo se preparó la entrega del rescate

Bilbao,31.- Con referencia al secuestro de Valmaseda, y por lo que respecta a los trabajos realizados por la policía de Vizcaya, se informa ahora que el día siguiente al rapto del joven, es decir, en la mañana del 30 de junio de 1955, se presentó en el despacho del gobernador civil de la provincia un hermano de don Emilio Bollaín, y tío del joven secuestrado, para manifestarle que estaban dispuestos a entregar a los bandoleros el millón y medio de pesetas que exigían por la libertad del muchacho.

Seguidamente el citado señor con un amigo de la familia Bollaín, don José Luis Tejada, reunieron rápidamente la cantidad pedida, pero los billetes ofrecían un serio inconveniente para posteriores gestiones de la policía; ya que eran de distintas emisiones y series y, por tanto, imposible de controlar por un cajero cualquiera. Asesorada debidamente la familia Bollaín desistió de entregar dichos billetes. Se pensó entonces en dar a los bandoleros billetes falsos, que fueron rápidamente pedidos a Madrid por teléfono, desplazándose a Bilbao a tal objeto, desde la capital de España, un funcionario del Banco de España con 750.000 pesetas en billetes falsos, de mil pesetas cada uno. Pero como el banco los había taladrado en su calidad de falsos, se vio que era  una estrategia difícil de pasar ante los bandoleros, y entonces no hubo más remedio que entregar billetes en circulación legal, pero pertenecientes a una serie que podría ser anulada más tarde si se estimaba pertinente.

Las series y las numeraciones de los billetes entregados a los secuestradores fueron debidamente registradas y la Jefatura  Superior de policía de Vizcaya dirigió una carta circular en clave, a todas las plantillas del Cuerpo General de Policía para el exacto control del billetaje, lo cual ha servido de pista eficaz para descubrir y localizar a los malhechores.

Entre los cómplices figuran las esposas de cinco encartados, delas que dos están detenidas

Entre los numerosos encartados como cómplices de los secuestradores de Valmaseda figuran las esposas  de cinco de ellos, y no de tres, como se dijo anteriormente, de quienes se ha comprobado su culpabilidad y complicidad  junto a sus respectivos cónyuges. De dichas cinco mujeres que fueron detenidas al principio, tres están detenidas y dos en libertad, pero todas ellas procesadas.

Las detenidas son: Sabina Aguirre Elordui, de 53 años, esposa de Francisco García Palero, el taxista de la calle Iturribide, de Bilbao, que estaba al servicio de los bandidos, y Victoria Díez Puente, de 55, esposa de Emiliano Cuesta Ortega, industrial minero de Cervera de Pisuerga.

Las otras tres son. Gloria Torrés Frenández. Esposa de Leonardo García Urquizu, de 28 años que tuvo ocultos a los forajidos en su casa de la provincia de Burgos próxima a Valmaseda, Carmén Antón Dromas, de 24 años, esposa de Marcelino Royuela, enlace de los bandidos con el resto de la banda, y Concepción Antón Llanes, de 33 años, esposa de Manuel Jaén González, domiciliado en Pamplona. Al parecer esta última ejerció una nefasta influencia sobre su marido en lo que se refiere a a la triste evolución sufrida en la conducta moral de éste, que de persona honrada se convirtió en delincuente.- Cifra.

Los secuestradores se encuentran en la ciudad francesa de Clermont-Ferrand

Bilbao, 31.- La Brigada de Investigación Criminal de Vizcaya continúa sus pesquisa para terminar felizmente con las ramificaciones del secuestro de Valmaseda. En la mañana de hoy se ha tenido noticia de que los secuestradores del joven Emilio María Bollaín están en libertad en la localidad francesa de Clermont-Ferrand, si bien estrechamente vigilados por la policía. Uno de ellos, Santiago Reig Roig, se halla gravísimo en el hospital, aquejado de una enfermedad pulmonar.

Se desconoce el paradero de 1.300.000 pesetas

Sigue desenredándose la complicada madeja en que se organizó tan espectacular secuestro. Sin embargo, ha quedado sin resolver una incógnita y es el paradero del millón y medio del rescate del joven Bollaín. Deducidas las 219.000 pesetas que entregaron a sus cómplices Royuela, Cuesta y García Urquizu, los malhechores se quedaron, aparentemente, con 1.300.000 pesetas. El dinero parece ser que lo ocultaron en casa de su hermano Avelino, pero desgraciadamente no ha podido recuperarse hasta ahora.

No obstante, al detener a los bandoleros se les ocupó una curiosa agenda y bloc de notas, en el que llevaban la cuenta de las cantidades del secuestro de Valmaseda. Las cuentas parten del millón y medio, y de esta cantidad habían hecho sucesivas deducciones por las partidas entregadas y el dinero gastado por todos. La mayor parte, naturalmente, se fue en pagar a los cómplices, ya que ellos, tanto en España como en Francia, han vivido aparentemente con modestia.

El saldo de su cuenta, según las a notaciones de la libreta, arroja un balance aproximado de 1.180.000 pesetas. Gastaron por tanto 320.000, de las que han sido recuperadas 219.000 pesetas, ya que, como se advierte en la lista de cómplices, ninguno de ellos se dio demasiada prisa en emplear el dinero tan fácil e ilegalmente adquirido. Quedan, por tanto, sin control, cien mil pesetas, que se suponen han servido para pagar a otras personas y para sus gastos. Esto es lo que queda de más de tres millones de pesetas.

Los dos millones y pico fruto de sus anteriores secuestros, desaparecieron totalmente y del último queda pendiente, como decimos, esa can5tida de más de un millón, cuya historia y desenlace permanece en el aire por el momento.

De las últimas investigaciones realizadas se ha sabido igualmente que Bilbao ha venido siendo centro de operaciones de los criminales desde dos años antes del secuestro de Valmaseda, y desde aquí irradiaban sus fechorías a diversos lugares de España, bajo la dirección de Avelino Campos Campillo, que gobernaba a la banda desde la frontera francesa.

A la lista de detenidos publicada ayer, hay que añadir otras personas más que son: la esposa de Leonardo García, en cuya casa de la provincia de Burgos fueron escondidos los secuestradores; la de Manuel Juan García, que también colaboró para ocultar a los facinerosos en su domicilio de Pamplona, hasta tanto lograban cruzar la frontera, y, finalmente, las esposa de Marcelino Royuela, considerado como auténtico enlace de los delincuentes en la villa de Bilbao.-Cifra.

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